Recientemente ha aparecido un artículo muy interesante y recomendable para cualquier inversor sobre Warren Buffett. A continuación vamos a ver una traducción propia de este artículo que creo que merece la pena leer:
Tabla de contenidos
Warren Buffet:
«Investment is most intelligent when it is most businesslike.» –Benjamin Graham, El inversor inteligente
Tiene sentido poner una cita de Benjamin Graham en este ensayo ya que le debo mucho de lo que sé de inversión. Hablaré de Ben algo más adelante y algo antes hablaré de acciones, pero primero dejadme contaros dos pequeñas historias no relacionadas con inversión en acciones que hice hace mucho tiempo. Aunque ninguna de las dos hayan cambiado mucho mi patrimonio son bastante instructivas.
Esta historia comienza en Nebraska. De 1973 a 1981, el medio oeste sufrió un fuerte incremento en el precio de las granjas causado por la creencia de que una fuerte inflación se acercaba apoyada por las políticas de préstamos de los pequeños bancos rurales. Más tarde la burbuja explotó trayendo descensos del 50% en los precios de la granjas algo que destrozó a los granjeros y a sus prestamistas. 5 veces el número de bancos de Iowa y Nebraska quebraron tras la burbuja, algo similar a lo que ha pasado en nuestra reciente recesión.
En 1986 compré una granja de 400 acres situada a 50 millas al norte de Omaha que era propiedad del FDIC. Me costó 280.000 dólares, una cantidad considerablemente menor de lo que el banco que quebró prestó al granjero años atrás. No sabía nada de cómo llevar una granja, pero tengo un hijo que adora ese mundo y me enseño cuantas mazorcas de maíz o brotes de soja podría producir la granja y cuantos costes operativos tendría. De estas estimaciones calculé un retorno de la granja del 10%. También pensé que la productividad se incrementaría en el tiempo y que los precios de las cosechas subirían. Ambos pensamientos se cumplieron.
No necesitaba una inteligencia o conocimientos inusuales para determinar que la inversión no tenía potencial a la baja y sí al alza. Habría, por supuesto, malas cosechas y precios decepcionantes. ¿Y qué? También habría cosechas extraordinarias y nunca tendría presión para vender la granja. Ahora, 28 años después, la granja ha triplicado sus beneficios y vale 5 veces más de lo que pagué. Todavía no sé nada de granjas y recientemente he hecho mi segunda visita a ésta.
En 1993 hice mi segunda pequeña inversión. Larry Silverstein, el propietario de Salomon me habló de un edificio comercial en Nueva York adyacente a la Universidad que estaba en venta por la Resolution Trust Corp (algo similar a nuestro FROB). Una vez más una burbuja había explotado -esta vez incluyendo inmuebles comerciales- y la RTC había sido creada para deshacerse de activos de entidades de ahorro que habían quebrado debido a su optimismo durante la burbuja.
En esta ocasión el análisis también era simple. Como en el caso de la granja, la rentabilidad de la propiedad era del alrededor de un 10%. Sin embargo la RTC gestionaba mal la propiedad, por lo que la rentabilidad aumentaría cuando varias tiendas vacías fueran alquiladas. Algo aún más importante, el principal inquilino -que ocupaba alrededor del 20% del espacio- pagaba una renta de 5 dólares por pie, cuando el resto de inquilinos pagaban alrededor de 70 dólares. La expiración del contrato con este inquilino supondría un gran aumento de los beneficios. La localización de la propiedad era buenísima pues la Universidad no se movería de allí.
Me uní a un pequeño grupo -incluido Larry y mi amigo Fred Rose- para comprar el edificio. Fred era un inversor inmobiliario con experiencia y él, junto con su familia se encargarían de la gestión. Y eso es lo que hicieron. Según se iban acabando los contratos antiguos los beneficios se triplicaron. El reparto de beneficios supone ahora más de un 35% de nuestra inversión inicial. Lo que es más, nuestra hipoteca inicial fue refinanciada en 1996 y en 1999, movimientos que nos permitieron distribuciones de más de un 150% de lo que habíamos invertido. A día de hoy todavía no he visto el edificio.
Mis ingresos por la granja y el edificio seguirán creciendo durante décadas, probablemente. Aunque las ganancias no sean enormes, ambas son inversiones sólidas y satisfactorias para el resto de mi vida y, por tanto, para mis hijos y mis nietos.
Cuento estas dos ideas para ilustrar ciertos fundamentos en la inversión:
– No tienes que ser experto para conseguir resultados satisfactorios en la inversión. Si no eres experto, debes reconocer tus limitaciones y seguir aquellas inversiones que puedan funcionar razonablemente bien. Mantén las cosas simples. Cuando te prometan beneficios rápidos di un rápido «no».
– Concéntrate en el futuro de la productividad del activo en el que estás pensando. Si no te sientes a gusto estimando los futuros beneficios, olvídate y pasa a otra cosa. Nadie tiene la capacidad de evaluar cada posibilidad de inversión. La omnisciencia no es necesaria, sólo tienes que entender las acciones que tomas.
– Si te fijas en el cambio de precio de tu inversión estás especulando. No hay nada malo en ello. Sin embargo, sé que soy incapaz de especular con éxito y soy escéptico con aquellos que dicen que lo son. La mitad de los que apuestan cuando se lanza una moneda al aire aciertan el resultado; ninguno de ellos tiene posibilidades de ganar si el juego continúa. De hecho, que un activo se haya revalorizado en el pasado nunca es una razón para comprar.
– Con mis dos pequeñas inversiones pensé únicamente en lo que producirían mis propiedades y no en sus cambios de precio diarios. Los juegos los ganan los jugadores que se concentran en el campo no aquellos que se fijan en el marcador. Si eres capaz de disfrutar los fines de semana sin mirar los precios de las acciones, prueba a hacerlo también entre semana.
-Crearse opiniones de macroeconomía o escuchar predicciones de macro o del mercado que hacen otros es una pérdida de tiempo. De hecho, es peligroso, porque puede distorsionar la visión de hechos que son realmente importantes -Cuando escucho lo que dicen los tertulianos de TV sobre lo que va a hacer el mercado me acuerdo del mordaz comentario Mickey Mantle: «No sabes que fácil es este juego hasta que te metes en una cabina de radio/televisión-.
Hice mis dos compras en 1986 y 1993. Lo que iba a hacer la economía, los tipos de interés, o La Bolsa en los años siguientes -1987 y 1994- no tenía ninguna importancia para mí en el éxito de la inversión. No recuerdo lo que decían los titulares o los comentaristas en aquel momento. Independientemente de lo que se dijera, el maíz seguirá creciendo en Nebraska y los estudiantes llenando la Universidad.
Hay una diferencia grande entre mis dos pequeñas inversiones y una inversión en acciones. Las acciones proveen de valoraciones al minuto para tus empresas, mientras yo no veía ninguna valoración para mi granja y mi edificio.
Debería ser una enorme ventaja para los inversores tener estas valoraciones fluctuantes sobre sus empresas -y para algunos inversores lo es-. Al fin y al cabo, si un compañero de carácter cambiante con una granja fronteriza a la mía me gritara precios cada día por los que compraría o vendería mi granja o la suya -y esos precios cambiaran mucho en periodos cortos según el estado de su salud mental- ¿cómo no podría beneficiarme de su loco comportamiento)- si su precio fuera ridículamente bajo y tuviera efectivo, compraría si granja. Si el precio que ofrece fuese absurdamente alto, podría venderle mi granja o simplemente seguir cultivando.
Los propietarios de acciones, sin embargo, también se dejan llevar por sus compañeros caprichosos e irracionales haciendo que ellos también se comporten de forma irracional. Como hay tanta palabrería sobre los mercados, la economía, los tipos de interés, el comportamiento de los precios de las acciones, etc. algunos inversores creen que es importante escuchar a los charlatanes y comentaristas y, lo que es peor, actuar según estos comentarios.
Habitualmente, aquellos que se quedan sentados y tranquilos por décadas cuando compran una granja o un apartamento, cuando compran acciones entran en una corriente frenética siguiendo precios y comentarios recibiendo el siguiente mensaje: «No te quedes sentado, haz algo». Para estos inversores la liquidez se transforma de un posible beneficio a lo que podría ser una maldición.
Un «flash crash» o alguna otra fluctuación del mercado no puede herir a un inversor más de lo que lo un granjero vecino irracional podría herir mi inversión en la granja. De hecho, un mercado bajista podría ser beneficioso para un inversor con liquidez si las empresas alcanzan precios razonables con su valor real. Un clima de pánico es un amigo para un inversor y un clima de euforia un enemigo.
Durante el extraordinario pánico de 2008 nunca pensé en vender mi granja o mi edificio en Nueva York, aunque se veía venir claramente una recesión. Si fuese propietario del 100% de un negocio sólido y con buenas perspectivas a largo plazo, habría sido estúpido haber pensar en venderlo. Entonces, ¿por qué debería pensar en vender mis pequeñas participaciones en negocios fantásticos? Es verdad que alguno de ellos podría decepcionarme en algún momento pero, como grupo, lo hacían realmente bien. ¿Alguien podría creer que la tierra se tragaría unos activos increíblemente productivos y la ilimitada ingenuidad existente en América?
Cuando Charlie Munger y yo compramos acciones -a las que consideramos pequeñas porciones de un negocio- nuestro análisis es muy similar al que usamos al comprar un negocio entero. Primero tenemos que decidir si podemos estimar de forma razonable los beneficios en un plazo de 5 años o más. Si la respuesta es sí, compramos la acción -o negocio- si se vende a un precio razonable en relación con la estimación más baja que hayamos hecho. Si, por el contrario, no podemos estimar los beneficios -que sucede muy a menudo- simplemente pasamos a otra cosa. En los 54 años que hemos trabajado juntos, nunca hemos dejado una inversión atractiva por la macroeconomía o el ambiente político o las ideas de otras personas. De hecho, estos asuntos nunca los tenemos en cuenta al tomar decisiones.
Sin embargo, es vital que reconozcamos nuestro círculo de competencia y que nos mantengamos dentro de él. Incluso dentro de él cometemos errores, tanto en acciones como en negocios. De todas formas, no ocurrirán desastres como, por ejemplo, cuando un mercado alcista induce a comprar a quienes anticipan un comportamiento del precio que no es más que el que desen que ocurra.
Por supuesto, muchos inversores no hacen del estudio de negocios una prioridad en su vida. Si son sabios, se darán cuenta de que no tienen capacidades para predecir el crecimiento de los beneficios de una empresa.
Tengo buenas noticias para estos no profesionales. El inversor típico no necesita esta capacidad. En su conjunto, los negocios americanos lo han hecho maravillosamente bien y continuarán haciéndolo. En el siglo XX, el Dow Jones de industriales pasó de 66 puntos a 11.497 pagando unos dividendos estables y crecientes. El siglo XXI será testigo de futuras ganancias, casi seguro, muy sustanciosas. La meta de un no profesional no debe ser elegir a los ganadores -ni él ni sus «ayudadores» pueden hacerlo- sino elegir un paquete de empresas que, en grupo, lo vayan a hacer bien. Un ETF de bajo coste del SP500 valdría para esto.
Esto es el «qué» de un inversor no profesional. El «cuando» también es importante. El principal peligro es que el inversor principiante entre al mercado en un momento de extrema exuberancia y que se desilusione cuando vengan las perdidas -Recordemos la observación de Barton Bigg: «Un mercado alcista es como el sexo. Cuando mejor te sientes es cuando está a punto de acabar»-. El antídoto para evitar equivocaciones en el momento de compra para un inversor principiante es acumular acciones en el largo plazo y nunca vender cuando las noticias son malas y los precios se arrastran. Siguiendo estas reglas, el inversor que no sabe nada y que diversifica y mantiene sus gastos en lo mínimo posible, seguramente consiga resultados satisfactorios. De hecho, aquel inversor que no se complica y es realista con sus limitaciones lo hará mucho mejor en el largo plazo que el inversor profesional que se ciega con sus conocimientos.
Si los «inversores» compraran y vendieran frenéticamente sus granjas entre ellos, ni los «dividendos» ni sus cosechas se incrementarían. La única consecuencia de ese comportamiento sería el descenso de los beneficios de los granjeros por los sustanciosos costes de transacción por el cambio continuo de propiedades. Los costes podrían ser enormes para el conjunto de los inversores. Por tanto, ignora al charlatán, mantén tus costes al mínimo e invierte en acciones como lo harías en una granja.
Debería añadir que mi dinero va donde digo que va a ir. Lo que aquí recomiendo es, en esencia, idéntico a lo que he escrito en mi testamento. Mi testamento dice que mi dinero sea entregado a un administrador para beneficio de mi esposa -tengo que usar efectivo para todo lo que dejo en herencia pues mis acciones de Berkshire Hathaway serán distribuidas entre entidades benéficas en los diez años siguientes a que se cierre mi herencia). Mi consejo al administrador no podría ser más simple: Pon el 10% en bonos gubernamentales a corto plazo y el 90% en ETFs de SP500 de bajo coste. -Sugiero VDINX de Vanguard-. Creo que el resultado de esta inversión será mejor que el resultado que obtengan la mayoría de los inversores -ya sean fondos de pensión, instituciones o inversores individuales- que emplean a gestores muy caros.
Y ahora, de vuelta a Benjamin Graham. Aprendí la mayoría de estos pensamientos del libro de Ben,El inversor inteligente, que compré en 1949. Mi vida financiera cambió con esa compra.
Antes de leer el libro de Ben caminaba por el mundo de la inversión devorando todo lo escrito sobre invertir. Mucho de lo que leí me fascinó. Lo intenté con el chartismo y la predicción de movimientos en las acciones. Me sentaba en la oficinas de los brokers mirando los precios y escuchando a los comentaristas. Todo esto estaba bien, pero no podía evitar sentir que todo esto no iba a ninguna parte.
Por contra, las ideas de Ben estaban explicadas de forma lógica y en elegante prosa fácil de entender -sin letras griegas o fórmulas complicadas-. Para mí, la clave está en lo que las últimas ediciones se encuentra en los capítulos 8 y 20. Estos puntos guían mis decisiones de inversión hoy en día.
Un par de vistazos a cosas interesantes del libro: Las últimas ediciones incluyen una inversión sin nombre muy exitosa para Ben. Ben hizo esta inversión en 1948 cuando escribía la primera edición y -agárrate- la misteriosa compañía era Geico. Si Ben no hubiera reconocido las especiales cualidades de Geico cuando todavía la compañía estaba en su infancia, mi futuro en Berkshire habría sido muy diferente.
En la edición de 1949 del libro también recomendó una acción de ferrocarriles que se vendía a 17 dólares cuando ganaba 10 dólares por acción. -Una de las razones por las que admiro a Ben es que tenía el valor de usar ejemplos actuales dejando su suerte a futuras burlas si se equivocaba-. En parte, esta baja valoración fue resultado de una regla de contabilidad del momento que requería que las empresas de ferrocarriles excluyeran de los beneficios publicados los beneficios retenidos de sus afiliados.
La acción recomendada era Northern Pacific y su afiliado más importante era Chicago, Burlington & Quincy. Estos ferrocarriles son ahora partes importantes de BNSF (Burlington Northern Santa Fe) que hoy en día es propiedad de Berkshire al 100%. Cuando leí el libro Northern Value capitalizaba 40 millones de dólares. Hoy en día, su sucesor -habiendo añadido gran número de propiedades- gana esa misma cantidad cada 4 días.
No recuerdo cuanto pagué por mi primer libro de El inversor inteligente. Fuese lo que fuese, no haría más que remarcar el proverbio de Ben: Precio es lo que pagas, valor es lo que consigues. De todas las inversiones que he hecho, comprar el libro de Ben fue la mejer -excepto por la compra de mis dos licencias de matrimonio.
Comentarios propios:
El texto superior es una traducción propia del artículo aparecido en Fortune el 24 de febrero de 2014.
Las brillantes enseñanzas de Warren Buffett y Benjamin Graham me sirven para reafirmas las ventajas del Buy and Hold que hemos visto en el blog. También me sirve para presentar artículos futuros en este blog (Invertir, Bolsa y Dinero) en los que compararemos la rentabilidad de La Bolsa de EEUU con Europa y para darle una vuelta al granjero loco del que habla Buffett o Mr. Market de Benjamin Graham usando como ejemplo nuestro IBEX 35 al que, en esos artículo consideraremos como un inversor más al que llamaremos Don Ibex35.
12 Comments
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- Las 50 mejores frases de Warren Buffett | Invertir Bolsa y Dinero - […] otra parte, ¿no os parece curioso que Warren Buffett relacione tanto La Bolsa con el sexo? No he puesto…
Otra vez otro gran artículo. felicidades amigo. Un abrazo
Gracias Ignacio,
Las ideas del artículo son de Warren Buffett, yo sólo las he traducido, aunque estoy de acuerdo en todo.
Un abrazo.
Excelente post. Desde luego que es para archivar (algo que ya he hecho). La filosofía buffettiana siempre me deslumbra por dos cosas: la simplicidad que tiene y el sentido común.
Gracias, Lancaster.
Un fuerte abrazo,
Gracias sumaysigue.
El mérito es de Buffett que es quien comparte con nosotros sus conocimientos. Como dices, sorprenden la simplicidad y sentido común de sus ideas e inversiones que, a pesar de ser simples, superan por mucho la rentabilidad del mercado.
Un abrazo.
Magnífico trabajo en la traducción y en la elección del artículo (el cual descarté leer en inglés). Muchas gracias¡¡
Gracias Luis,
El artículo que escribe Buffett me parece muy bueno. Todos conocemos su forma de inversión, pero la comparación con la inversión en inmuebles y en acciones es muy ilustrativa y creo que merecía la pena ser traducida. También es muy curioso lo que cuenta sobre Graham.
Saludos.
Realmente curioso lo de Graham. La verdad es que Graham diversificaba mucho pero lo que comenta de Geico ma ha llamado tremendamente la atención. La cuestión de fondo estriba en que o lo vio muy, pero que muy claro (parece que sí) o prefirió meter todos los huevos en una misma cesta, que esta le diera un gran rendimiento y con ese rendimiento empezar la diversificación posterior.
A ver qué opinas.
Un fuerte abrazo,
Muy interesante lo que planteas.
Yo creo que Graham no se centró tanto en Geico como Buffett. Como dices, Graham diversificaba mucho, pues era necesario para que su estilo de inversión tuviera éxito. Para cuando Graham descubrió Geico ya era un inversor importante, sin embargo, Buffett tenía su carrera por hacer y apostó fuerte por Geico. Mi opinión es que Buffett se olvidó de la diversificación (realmente lleva toda su carrera olvidándose. Para el patrimonio que tiene no ha diversificado mucho) y siguió ciegamente a Graham en Geico y acertó.
Un abrazo.
Por si os puede apartar algo, aquí va la historia que se cita del Epílogo del «Inversor Inteligente» (Benjamin Graham), dice Graaham:
«Conocemos muy bien a 2 socios que pasaron buena parte de su vida gestionando… fondos en Wall Street. Llegaron a elaborar un enfoque exclusivo (Value Investing) … Evitaron cualquier cosa excesivamente cara y actuaron con gran rapidez para desprenderse de las acciones que habían ascendido hasta niveles que consideraban poco atractivos. Sus cuentas estaban siempre diversificadas… consiguieron resultados bastante buenos… aproximadamente el 20% anual sobre varios millones de capital gestionado… Precisamente el año de la primera edición de este libro tuvieron la oportunidad de adquirir el 50% en una empresa en crecimiento, por algún motivo esa empresa no atraía a Wall Street… Sin embargo, nuestros socios quedaron impresionados por las posibilidades que ofrecía la empresa… Los socios decidieron seguir adelante con la adquisición que representaba un 20% de su patrimonio. Se identificaron muy estrechamente con su nueva participación empresarial… y consiguió unos resultados tan positivos que la cotización de sus acciones alcanzó un nivel 200 veces el precio pagado… Prácticamente desde el principio la cotización parecía demasiado elevada conforme a los criterios de inversión de los socios. Sin embargo, como consideraban que la empresa era una especie de «empresa familiar» mantuvieron una participación sustancial en las acciones, a pesar de la espectacular subida del precio… y llegaron a hacerse millonarios gracias a… esta única empresa.
Paradójicamente, el conjunto de beneficios derivado de esta única inversión superó con mucho la suma acumulada de todas las demás decisiones de inversión adoptadas durante 20 años de operaciones muy variadas en los campos de actividad en los que estaban especializados los socios, período durante el cual realizaron grandes investigaciones, prolongadas sesiones de reflexión y adoptaron innumerables decisiones individuales.
Conclusiones:
1. Existen muchas formas de ganar dinero.
2. Una racha de suerte, o una decisión extraordinariamente inteligente ¿quién es capaz de diferenciar la una de la otra? , puede representar más que una vida de esfuerzos incesantes…
Es necesario tener un fundamento suficiente… para que estas oportunidades llamen a la puerta.»
*Los 2 socios a los que Graham se refiere son Jerone Newman y el propio Benjamin Graham.
La empresa es GEICO. Adquirieron el 50% en 1948 por 712.000$. Un inversor que tuviera 100 acciones de Graham-Newman en 1948 (valoradas en 11.413$) y que las hubiera mantenido hasta 1972 -momento en que tuvieron que distribuir GEICO a los partícipes del fondo por tecnicismos legales- habría tenido 1,66 millones de $
Hola Álvaro. Muchas gracias por un aporte tan interesante.
Empezando por el final, obviamente la suerte influye para ganar dinero, pero la suerte hay que buscarla y atraerla. Aunque quizá Graham pretendía ser modesto con esa afirmación, no cabe duda de que era un genio y sus conocimientos de inversión y Bolsa eran muy superiores a los de la inmensa mayoría. Si decidió invertir un 20% de su patrimonio en Geico, debía de estar muy seguro de su inversión. Por tanto, a pesar de que la suerte tuviera su impacto, no cabe duda de que sabía lo que se hacía invirtiendo y, por ello, tenía muchas más posibilidades de acertar.
Por otra parte, queda claro que sumaysigue tenía razón en su comentario anterior, muy bien visto. Según parece, Graham apostó fuerte por Geico y que duda cabe que acertó.
También me parece destacable otro punto. Aunque los dueños iniciales de Geico sean ricos, si hubiesen mantenido su inversión inicial habrían ganado mucho más. Además, como dices, los inversores en Graham-Newman que mantuvieron su inversión también habrían obtenido un resultado casi insuperable por un inversor particular. En ambos casos, es posible que la cotización fuese alta, pero la inversión era óptima (los propios fundadores pensaban que la empresa había crecido mucho, pero no se dieron cuenta de lo que le quedaba por crecer). Vender habría sido un error, por lo que, este es un ejemplo más de que la estrategia buy and hold es muy efectiva en el largo plazo.
Gracias otra vez por la aportación y saludos.
Madre mía, sois unos cracks todos, vaya nivelazo hay en esta web. He aprendido más con este post y los comentarios que en meses leyendo en foros. Gracias a todos.
Hola Jesús,
La verdad es que los que leéis el blog y comentáis tenéis un gran nivel. Los comentarios aportan tanto como el contenido del blog.
Saludos,