The Warren Buffett Way: cómo ser un verdadero inversor

Posted by on Jun 1, 2015 in Análisis fundamental, Formación Bolsa | 0 comments

¿Qué es un inversor de verdad? ¿Qué es un especulador? ¿Qué es lo que hace que un inversor tenga éxito y gane dinero y qué hace que pierda dinero? No cabe duda de que los factores que influyen en que se gane dinero o se pierda son infinitos y que es algo que no se puede medir. Pero también es cierto que hay ciertas cosas que acercan a un inversor a tener éxito y otras que lo alejan.

En el post de hoy vamos a ver un fragmento del libro The Warren Buffett Way traducido por mí (aunque también está disponible en español) en el que el autor explica lo que, según él dice, son las características que Buffett cree un inversor de verdad debe cumplir para tener éxito. Curiosamente, y aunque está claro que es algo necesario, entre ellas no están las habilidades matemáticas, contables o financieras, sino que son cosas relacionadas con el caracter y con el comportamiento. Seguramente, saber mucha contabilidad no sirva de nada en Bolsa si entramos en pánico ante una mínima caída de la acción (como tampoco sirve de nada ser muy racional si no se entienden los números a los que se mira). Por eso, en este fragmento del libro vamos a ver, entre otras cosas, lo que se requiere para ser un inversor de verdad.

The Warren Buffett Way en español

Estudiar qué es lo que nos hace hacer lo que hacemos es interminable y fascinante. Para mi, es especialmente intrigante el rol de este asunto en la inversión, un mundo que, por lo general, se percibe como dominado por los fríos números y la información. Cuando se trata de tomar decisiones de inversión, nuestro compartimento es, en ocasiones, errático, a menudo contradictorio y, ocasionalmente, ridículo.  A veces nuestras decisiones ilógicas son consistentemente ilógicas, de forma que no haya ningún patrón de comportamiento. Tomamos buenas decisiones por razones inexplicables, y malas decisiones sin ninguna buena razón.

the warren buffett way pdf

Lo que es particularmente alarmante, y algo que los inversores deben tratar de arreglar, es que habitualmente no son conscientes de sus malas decisiones. Para poder entender los mercados y la inversión, tenemos que entender nuestras propias irracionalidades. Esto tiene exactamente el mismo valor que el ser capaz de analizar un balance o los beneficios de una empresa.

 

Esto supone un estudio complejo, confuso e intrigante. Poco aspectos de la existencia humana están tan inclinados hacia la emoción como la relación con el dinero. Y las dos emociones más profundas en este aspecto son el miedo y la codicia. Motivados por la codicia o el miedo (o los dos) los inversores comprar o venden acciones a precios sin sentido, muy por encima o por debajo de su valor intrínseco. Por decirlo de otra forma, el sentimiento inversor tiene un impacto sustancialmente mayor que los fundamentales de una empresa (y aquí agrego yo; a corto plazo).

 

Mucho de lo que conduce las decisiones de compra de acciones puede ser explicado sólo con los principios del comportamiento humano, y como el mercado es, por definición, la suma de las decisiones tomadas por todos los compradores de acciones, no es una exageración decir que la psicología tira y empuja de todo el mercado.

 

Cualquiera que quiera ganar dinero en el mercado debe, por tanto, asumir el impacto de las emociones. Es un juego de doble cara: mantener tus emociones bajo control lo máximo posible y estar alerta para cuando los inversores se dejan llevar por sus emociones para tomar decisiones, y aparecen oportunidades de oro.

 

El primer paso para manejar bien el impacto de las emociones es entenderlas. Por suerte, hay buena información sobre esto. En los últimos años los psicólogos han centrado su atención en ver cómo se desarrollan los principios establecidos del comportamiento humano en la dinámica del dinero. Esta mezcla de economía y psicología es conocida como finanzas conductuales, y ha pasado de ser un objeto de estudio en las universidades, a ser parte de las conversaciones entre los inversores profesionales -los que, si miran por detrás de sus hombros, verán la sombra sonriente de Benjamin Graham.

El temperamento de un verdadero inversor

Como sabemos, Benjamin Graham insistió a sus alumnos en aprender las diferencias básicas entre un especulador y un inversor. El especulador, dijo, intenta anticipar los movimientos del precio para ganar; el inversor sólo adquiere compañías a precios razonables. Pero Graham fue un poco más allá: el inversor exitoso es, a menudo, la persona que ha adquirido cierto temperamento -calmado, paciente, racional. Los especuladores tienen el temperamento contrario : ansia, impaciencia, irracionalidad. Su peor enemigo no es el mercado, sino ellos mismos. Ya pueden tener habilidades superiores en finanzas, matemáticas o contabilidad, que si no pueden controlar sus emociones, no podrán beneficiarse del mercado.

 

Graham entendió la importancia de las emociones en el mercado como cualquier psicólogo actual, quizá mejor. Su idea de que los verdaderos inversores pueden ser reconocidos por su temeperamento, así como por sus capacidades, es tan cierto hoy como cuando lo dijo por primera vez. Los inversores tienen las siguientes características:

 

Los inversores de verdad son tranquilos. Saben que los precios son influidos por todo tipo de fuerzas, tanto racionales como irracionales, y que caerán y subirán, incluyendo sus propias acciones. Cuando eso pasa, reaccionan con ecuanimidad; saben que mientras la compañía siga manteniendo las cualidades que les atrajeron a ella en un primer momento, el precio volverá a subir. Mientras tanto, no entran en pánico.

 

En este punto Warren Buffett es muy directo: «si no puedes ver a tus acciones caer un 50% sin entrar en pánico, no debes estar en la Bolsa«. De hecho, dice que si estás a gusto con el negocio que posees, deberías estar contento de que los precios cayesen, pues podrás aumentar tu posición a un precio más barato.

 

Además, los inversores de verdad se mantienen en calma y en el lado contrario de lo que podríamos llamar la influencia de la masa. Cuando una acción, una industria o un fondo de inversión de repente recibe todos los focos y atención, la masa corre en esa dirección. El problema es que cuando todo el mundo hace las mismas elecciones, porque «todo el mundo» sabe que es lo que hay que hacer, nadie saca beneficio. En 1999, Buffett dijo para Fortune que «la fiesta que no te puedes perder» es un factor que ha infectado a muchísimos mercados alcistas. Su idea parece ser la siguiente: a los inversores de verdad no les preocupa perderse la fiesta; les preocupa ir a la fiesta sin haberse preparado.

 

Los inversores de verdad son pacientes. En lugar de ser arrastrados con el entusiasmo de la masa, los inversores de verdad esperan la oportunidad correcta. Dicen no mucho más a menudo de lo que dicen sí. Buffett recuerda que cuando trabajo para Graham-Newman analizando acciones para posibles comprar, Ben Graham rechazaba sus recomendaciones la mayor parte del tiempo. Graham, dice Buffett, nunca tenía intención de comprar una acción salvo que todos los factores estuvieran a su favor. De esta experiencia Buffett aprendió que la habilidad de decir no es una enorme ventaja para el inversor.

 

Buffett cree que muchos de los inversores de hoy en día sienten la necesidad de comprar muchas acciones, en muchos casos, comprando acciones mediocres, en lugar de esperar a las pocas compañías excepcionales. Para reforzar la lección de Graham, Buffett utiliza la analogía de una tarjeta perforada (que se utilizaba para meter información en un ordenador). «Un inversor» dice, «debe actuar como si tuviera una sola tarjeta con 20 agujeros para usar a lo largo de su vida». Si los inversores se refrenaran de este modo, Buffett cree que se verían obligados a esperar hasta que una gran oportunidad apareciera. 

tarjeta perforada

Los inversores de verdad son racionales. Observan el mercado y el mundo basándose en un pensamiento claro. Nunca son, ni exageradamente pesimistas, ni exageradamente optimistas; al contrario, son lógicos y racionales.

 

A Buffett le parece raro que a tanta gente le disgusten los mercados que van en su mejor interés, y favorecen a los mercados que les suponen una desventaja. Se sienten optimistas cuando los precios suben, y pesimistas cuando los precios bajan. Si pasan de nivel y ponen sus sentimientos en acción, ¿qué es lo que harán? Vender a precios bajos y comprar a precios altos -no es la estrategia más rentable.

 

El exceso de optimismo toma lugar cuando los inversores asumen alegremente que el destino les sonreirá a ellos y que las acciones que han elegido serán las que subirán de entre todas. Esto pasa especialmente en los mercados alcistas, cuando las altas expectativas son algo común. Los optimistas no ven necesario hacer la investigación y análisis fundamentales que son los que llevan a ganar a largo plazo, pues los números a corto plazo son extremadamente seductores. El pesimismo exagerado, ya sea dirigido a una compañía en concreto, o al mercado en general, lleva a los inversores a vender en el peor momento posible. A ojos de Buffett, los inversores de verdad están encantados cuando el resto del mundo se vuelve pesimista, porque ellos lo ven como realmente es, un momento perfecto para comprar buenas compañías a buenos precios. Para Buffett «el pesimismo es la cauda más común de los precios bajos… Queremos hacer negocios en ese ambiente, no porque nos guste el pesimismo, sino por los precios que produce. El optimismo es el enemigo del comprador racional».

«En resumen, tratamos de ser temerosos cuando todo el mundo es codicioso, y ser codicioso cuando todo el mundo es temeroso».

Conclusión:

Hay una frase de Buffett que viene muy a cuento de este fragmento; «no tenemos que ser más listos que el resto, tenemos que ser más disciplinados«. No cabe duda de que Buffett, Munger, Graham y compañía, tienen y tenían grandes conocimientos financieros, de contabilidad, etc. pero seguramente no fue eso lo que es hizo ser excepcionalmente buenos. Probablemente, lo que marcó la diferencia entre ellos y el resto fue entender cómo funcionan los mercados y cómo funcionamos los humanos, y aprovecharse de esos conocimientos.

Puedes comprar The Warren Buffett Way en su versión española pinchando aquí.

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