Confidencias, recomendaciones y rumores bursátiles

Posted by on May 11, 2015 in Análisis fundamental | 8 comments

Confidencias, recomendaciones y rumores bursátiles

Si me pidieran una recomendación de Bolsa, seguramente la mejor que se me ocurriría sería no hacer caso de las recomendaciones bursátiles. Quizá al principio, cuando no se sabe mucho de Bolsa (en realidad nunca se sabe mucho, pues todo es incierto) tenga sentido prestar a las recomendaciones para aprender. Y digo prestar atención y no seguirlas, pues no creo que sean una buena idea (salvo excepciones) hacer lo que nos dicen otros. De hecho, a lo largo de la historia, muchos inversores han salido escaldados de las recomendaciones y soplos que venían de gente importante.

El texto a continuación es un fragmento del libro El Arte de Reflexionar Sobre el Dinero de André Kostolany.

Confidencias, recomendaciones y rumores

Cuando voy a un restaurante no pido lo que recomienda el camarero, ya que es precisamente de lo que se quiere deshacer. Del mismo modo se comportan el 90% de las confidencias y recomendaciones bursátiles. Rara vez son consejos con buena intención. En la mayoría de los casos se trata de promociones y publicidad por parte de un banco o de un sindicato para colocar al público un determinado título. Se escriben análisis de color de rosa que se difunden a través de los medios de comunicación y a través del boca a boca. Las noticias se propagan hábilmente. Las cotizaciones son manipuladas al alza, pues nada es más fácil que vender al público acciones que ya han subido. Las compras provocan que las cotizaciones sigan ascendiendo de forma continua. Una vez los blandos hayan vendido los títulos, estos caerán en algún momento y el público se dará cuenta de que se trataba sólo de humo, provocando un derrumbe inevitable de las cotizaciones.

 

Este tipo de juego está a la orden del día en el Nuevo Mercado de Alemania. No es un casino de juego, como sí lo son el resto de las Bolsas, sino un local de juego con las cartas marcadas. Incluso los propios gurús bursátiles a los que hemos hecho referencia obligan al público televisivo y a los lectores de sus informes bursátiles a comprar valores que ya habían comprado anteriormente. Esto es un asalto al estilo moderno. Estas manipulaciones son fáciles de detectar por alguien que conoce la Bolsa, pero no por un novato. Todo el mundo puede manipular, incluso el señor Egbert Prior, cuya trayectoria llevo observando desde hace años. Es un muchacho agradable e inteligente, cosa que no me impide descubrir la verdad sobre su forma de actuar. Ni mucho menos deseo criticar a las empresas cuyas acciones cotizan en el Nuevo Mercado. Las nuevas fundaciones institucionales de capital riesgo pueden ser, desde luego, favorables para la economía. Pero lo que aquí ocurre muestra cómo se puede peder el control sobre las cosas. Mi reproche es sólo por la forma de actuar con esas acciones; es tan criminal como lo sería, por ejemplo, elevar diez veces su valor, mediante manipulación, las acciones de Daimler-Chrysler o de IBM. Lmentablemente la Delegación Federal de Control de Créditos en Frankfurt guarda silencio sobre todo esto. O los señores están durmiendo o no tienen ni idea de lo que son las manipulaciones bursátiles.

Otro camino es divulgar rumores selectivos para manipular las cotizaciones. Desde que exite la Bolsa, estos rumores son usados para dirigir al público en una dirección determinada. Lo hizo con maestría ya en el siglo XVII sir Henry Furnesse, director del Banco de Inglaterra. Tenía una extraordinaria red de noticias. Tan pronto aparecía una novedad importante, sus personas de confianza le enviaban al continente sus informaciones por paloma mensajera. Si quería comprar, sus agentes de la Bolsa de Londres representaban una gran comedia. Andaban por la Bolsa frunciendo el ceño y con cara misteriosa, como si tuvieran una mala noticia. Desviaban la atención hacie ellos ordenando algunas ventas, y teniendo en cuenta la alta posición del jefe, se observaba hasta el mínimo detalle de sus gestos. En el póquer esto se llama farol, cosa que realmente está prohibida. Alarmados, los especuladores siguen su ejemplo, provocando que los precios bajen por el gran número de ventas. Si su plan salía bien, compraba después a un precio menor.

 

En todo caso, se puede confiar en las recomendaciones de un buen amigo o de un consejero de inversiones con el que se haya establecido una confianza a través de relaciones comerciales positivas durante años. Pero siempre hay que estar absolutamente seguro de que la persona que nos da las recomendaciones no persigue sus propios intereses. En cuanto a las confidencias calientes sólo se puede decir una cosa: hacer lo contrario.

Conclusión:

Aunque ahora la información no vuela en las patas de las palomas, ni quienes quieren vendernos algo tienen que poner caritas en el parqué de la Bolsa, hay que seguir estando alerta a las recomendaciones. De hecho, creo que el peligro hoy en día no es tanto que nos quieran vender algo (que también) si no que se hacen recomendaciones casi todos los días sin basarse en nada.

Yo creo que no exagero si digo que, cada día, en los periódicos económicos nos encontramos con varias recomendaciones de compra. Y hablo sólo de los periódicos, porque si nos metemos en otros asuntos ya ni hablamos… Por ejemplo, con las casas de análisis creo que se dan dos cosas por las que no nos podemos fiar. Una es lo que describe aquí Kostolany, y es que desconocemos su motivación. Y dos, muchas casas de análisis no se mojan y simplemente mueven los precios objetivos al ritmo de la cotización.

Por tanto, como decía en el post anterior, yo prefiero hacerme caso a mí mismo, y menos a algunos «expertos».

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8 Comments

  1. Totalmente de acuerdo. Hay que tener mucho cuidado con los consejos que leemos por ahí. Tenemos que ser conscientes que en asuntos relacionados con el dinero hay que ser el doble de precavidos.

    Cuando son nuestros cuartos los que nos jugamos mas nos vale entender de donde sale la informacion que leemos, luego podremos echar la culpa a quien queramos que las consecuencias las pagamos nosotros.

    • Efectivamente. Es curioso lo que nos cuesta ganar el dinero y lo fácil que podemos hacer caso a otros sobre dónde invertirlo. Seguro que si un vendedor de coches nos hace una recomendación le hacemos menos caso que si la recomendación la hace un periodista del Expansión.

  2. “Wall Street es el único sitio al que la gente llega en Rolls-Royce para recibir consejos de gente que viaja en el metro” (Warren Buffet). Creo que se adapta perfectamente a tu post :)
    Con esta y otras frases famosas hice el post sobre consejos para gestionar dinero http://opinatron.com/como-gestionar-dinero/

    • Muy bueno. De hecho, yo me fijo más en mi entorno que en los periódicos para tomar ideas de inversión.

  3. Desde el punto de vista del analisis fundamental, qué te parece la inversión en Disney? Sus números mejoran año tras año aunque tiene un PER de 23.7actualmente , se supone que lo mejor está por venir con la nueva trilogía de Star Wars

    • Hola joaquin.

      Aunque no he analizado Disney a fondo, es una empresa que me gusta mucho y que me gustaría tener en cartera en algún momento. Aunque hay algunas amenazas en el futuro (pasa en todas las empresas) creo que es bastante fuerte y tiene un moat interesante. Seguramente Disney no este cara a día de hoy, pero tampoco cotiza con descuento. Como a mi me gusta comprar con algo de margen, por ahora miro desde fuera, pero no me parece mala inversión. En cuanto a lo de Star Wars, es de suponer que como es algo público y que todo el mundo sabe, el precio ya lo descuente. Otra cosa es que sea así o no, y el éxito que tendra la nueva trilogía.

      Un saludo.

  4. Completamente de acuerdo, no sabemos los intereses que mueven a determinados consejos de compra o venta en la prensa o en la radio. Son los intereses de los que los emiten que no tienen porque coincidir con los de uno.

    Saludos,

    • Así es magallanes. Si leemos u oímos recomendaciones es imprescindible analizar por nuestra cuenta siempre. Nunca se puede saber el interés y la capacidad real de quien hace la recomendación.

      Saludos.

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