Qué es emprender: Emprender por placer

Posted by on Feb 23, 2015 in Emprendedores | 13 comments

Emprender se ha puesto muy de moda en España en los últimos años. Tenemos programas y anuncios de emprendedores en la radio, en la televisión, en los periódicos, en carteles por las carreteras, en el metro, etc. Sin embargo, y aunque probablemente haya una burbuja de emprendedores, incluso en burbuja estamos por debajo de lo que debería ser normal en un país del primer mundo. Pero no quiero meterme en historias como la legislación o la mentalidad en nuestro país, sino que quiero hablar de por qué decidí emprender hace unos años, y por qué pienso que volveré a hacerlo en algún momento. El motivo es una necesidad interior enorme por emprender.

Está claro que no todos los emprendedores de éxito no tienen por qué tener este impulso interior, pero ante algo tan duro y difícil como es montar tu propia empresa o negocio, no cabe duda que todo lo que sea empuje, suma. Es por eso, por lo que vamos a ver un pequeño fragmento de un libro llamado El Libro Negro del Emprendedor de Fernando Trías de Bes en el que se habla de la importancia de que el emprendedor lleve dentro de sí el emprendimiento, y que no lo haga simplemente porque es lo que toca.

¿Qué es entonces emprender?

Emprender es una forma de enfrentarse al mundo, es una manera de entender la vida con la que no todo el mundo se siente a gusto. ¿Y cuál es esa forma de vida? Es aquella en la que la persona disfruta con la incertidumbre y la inseguridad de qué pasará mañana. El verdadero emprendedor es aquel a quien lo incierto procura un especial placer

Los inversores en Bolsa tenemos también algo similar. Todo es incertidumbre en la vida, pero en la Bolsa y el emprendimiento están más presentes. De hecho, la incertidumbre está tan presente en el emprendimiento, que Robert Kiyosaki dice que «Empezar un negocio es como saltar de un avión sin paracaídas. En medio del aire el emprendedor comienza a fabricar un paracaídas y espera que se abra antes de chocar contra el suelo».

 

En cierta ocasión, esperando en una sala para entrar a un plató de televisión donde iba a ser entrevistado a propósito de uno de mis libros, tenía a mi lado a un miembro del Cuerpo de Bomberos de Barcelona. Le pregunté por su profesión. ¿Por qué bombero?, quise saber. Su respuesta fue rotunda. Me dijo: «Todo bombero no desea otra cosa en la vida más que ser bombero. Va más allá de la vocación. Ser bombero te proporciona una forma de vida que ninguna otra profesión te ofrece, la posibilidad de arriesgarte en un escenario real. Esto no es teatro, no es un parque de atracciones donde los riesgos son ficticios. Los riesgos que corremos cada día son reales; un incendio, un escape de gas, un edificio que se ha derrumbado… No puedes imaginarte lo que se siente, es adrenalina pura, es una forma de vida que se convierte en una droga a la que no se puede renunciar».

 bombero heroe emprendedor

El bombero no mencionó cuánto cobraba ni cuántos días libraba. Me contó que había sido maestro de escuela y que, sin embargo, desde pequeño había tenido (¡Y sentido!) la necesidad de ser bombero. Mientras ejercía de maestro se preparó para las oposiciones a bombero, y cuando las hubo aprobado, abandonó las aulas para ponerse el casco y apagar fuegos. Y ahí estaba, a punto de entrar a un plató de televisión para explicar su última aventura por las calles de Barcelona.

 

Pues igual que la persona con vocación de bombero acaba siéndolo, el emprendedor con vocación, tarde o temprano, también. No podrá evitarlo.

 

El bombero disfruta con la incertidumbre y la experiencia del riesgo. He aquí la primera prueba de fuego (¡nunca mejor dicho!) que deben pasar un bombero y un emprendedor. Si usted es una persona que no disfruta con la incertidumbre, es que no es un emprendedor. Es cierto que uno puede acostumbrarse a la incertidumbre y que ésta es a menudo la causa de muchos dolores de cabeza de los emprendedores, pero otra cosa bien distinta es saber que a uno le vencen la incertidumbre y el riesgo.

 definición de emprender libro

Hay gente que prefiere la seguridad, la rutina o, sencillamente, que sea otro quien acarree con la responsabilidad de unas nóminas. No es mejor ni peor. Es una opción perfectamente válida. Pero esas personas, cuando montan un negocio, se estrellan. Porque no se da la característica esencial que todo emprendedor debe tener: el deseo de moverse en un entorno incierto.

 

La Asociación de Jóvenes Emprendedores de Murcia me invitó una vez a dar una conferencia a sus asociados. Una persona con quien compartí la clásica mesa redonda con que suelen clausurarse estos eventos dio una definición de empresario que no puede ser más acertada: «El empresario es la persona que se mueve en un mundo incierto para que los que trabajan para él crean que ese mundo es seguro».

 

El mundo es, por definición, incierto. Nadie puede asegurar nada, ni tan siquiera el presente. Pero no a todo el mundo le gusta sentir eso en su piel todas las mañanas laborables (y no laborables) de su vida.

 la incertidumbre del emprendedor

Emprender es el acto de reducir la incertidumbre en uno de los actos más antiguos de la humanidad: el intercambio, el comercio.

 

Emprender es esa forma de vida y de encarar el mundo: aceptar la incertidumbre como el principal de los ingredientes. Aún más, de hecho, la verdadera y única causante de que la acción emprendedora tenga sentido es la propia incertidumbre.

 

Jorge Wagensberg escribió: «La felicidad requiere que el futuro sea incierto». Pues el emprendedor, aún lo requiere más.

 

Un rasgo que caracteriza a los auténticos emprendedores es que no contemplan la posibilidad del fracaso. No es que estén ciegos o sean ilusos. Seguramente no lo son y sus dosis de realismo son elevadas. Pero su ilusión puede más que todo ello. Me dijo Juan Mateo, emocionado: «Cuando emprendes de verdad, el fracaso no lo contemplas. Todo empieza con un sueño. Te imaginas un escenario que te emociona lo suficiente como para dejarte la vida por conseguido. Es como cuando te casas. En principio es para toda la vida. Tiene un punto de locura, de inconsciencia. El fracaso no entra en los planes, ni tan siquiera se considera».

 

No pierda el tiempo. Si ahora ya sabe que nunca va a ser capaz de adaptarse a esa incertidumbre, plantéese si llevar a término el negocio que le ronda por la cabeza. No piense en su idea, analice si le apetece que esa idea sea la que traiga la incertidumbre a su vida.

Emprender por el placer de emprender

Recuerdo otra conversación con un emprendedor nato que tiene más de siete negocios, da empleo a varios cientos de personas y factura más de 100 millones de euros anuales. Le pregunté si siempre había querido ser emprendedor. Me respondió así: «No, de pequeño quería ser médico. Pero cuando lo soñaba, no me imaginaba a mí mismo con la bata blanca curando gente, sino que imaginaba que era el fundador y propietario de siete hospitales con más de mil médicos en plantilla…»

 

Asistimos con este testimonio a la segunda característica del emprendedor. Emprender se convierte en un medio y en un fin al mismo tiempo. Es parecido a lo que sucede con la creatividad.

 

Cuando un científico o un artista intentan crear algo nuevo, su campo de acción, su disciplina o especialidad es instrumento y fin. Un escritor que desea crear un nuevo estilo literario hace de la literatura una herramienta y una meta a la vez. Asistimos a la denominada motivación intrínseca de las cosas. Bajo esa motivación, cualquier estimación de riesgo es estéril. Sencillamente, se desea lo que se hace y punto.

 

Es un deseo que nace dentro de uno y que no goza de mayor explicación. En este segundo caso, no hace falta que uno se plantee si se sentirá a gusto en la incertidumbre porque, como la persona de la que di su testimonio, lo único que desea es consolidar los siete hospitales. ¿Qué sentido tiene? Ninguno. Tiene el mismo sentido que pintar el Guernika o escribir Cien años de soledad. Como dijo Paul Auster en su discurso de aceptación del Premio Príncipe de Asturias de las Letras tratando de explicar en qué consistía escribir: «¿Y por qué se empeñaría alguien en hacer una cosa así? La única respuesta que se me ha ocurrido alguna vez es la siguiente: porque no tiene más remedio, porque no puede hacer otra cosa. Esa necesidad de hacer, de crear, de inventar es sin duda un impulso humano fundamental. Pero ¿con qué objeto? ¿Qué sentido tiene? Ninguno que se me ocurra… »

 

Puede pensarse que el emprendedor quiere ganar dinero, hacerse millonario, quiere dejar su impronta en el mundo, quiere ser alguien, quiere crear empleo, crear riqueza en su región y un largo etcétera de motivaciones que justifiquen la utilidad de su acción emprendedora. Puede haber algo de todo ello, pero el verdadero emprendedor va más allá de todo eso. La realidad es que él, como Auster afirma en el caso del creador literario, no puede hacer otra cosa.

 

Carlos Barrabés, creador junto a su hermano José Cristóbal de la web líder de venta de material de escalada y de alta montaña comenta en uno de los programas emitidos en TVE2 por la Escuela Banespyme: «Un emprendedor se reconoce a si mismo porque tiene un vacío interior. Esto no quiere decir que no sea feliz. Posiblemente sea feliz. Pero tiene un vacío interior, realmente profundo, que llenar. Y la única manera que tiene de llenar ese vacío interior es creando conceptos. Y no muchas cosas más. Con eso ya sabe si es un emprendedor o no».

 

Fijémonos que el concepto del que habla Carlos Barrabés no es muy distinto al de vacío interior que mueve al artista a crear. Hay mucha concomitancia entre los motivos del emprendedor y los del creador a los que se refería Paul Auster.

 

De hecho, varios de los entrevistados me aseguraron que reconocían al verdadero emprendedor porque «al ganador se le adivina en la mirada. Lo ves en los ojos, en cómo te mira cuando te habla del negocio que va a montar. Y cuando fracasa, lo vuelve a intentar».

 

Otro me dijo: «Reconozco al verdadero emprendedor porque cuando me explica su proyecto y le pregunto «¿Lo tienes claro?» Me responde que no hay nada que desee hacer más».

La ilusión, motor y combustible al mismo tiempo

Tanto el que soñaba con sus siete hospitales como el que amaba la incertidumbre deseaban más que nada en este mundo ser empresario y bombero, respectivamente. Uno deseaba el riesgo y el otro la posibilidad de crear algo grande.

 

Ambos testimonios contienen la esencia de lo que significa ser emprendedor.

 

El amor a la incertidumbre y el placer por la propia actividad emprendedora proporcionan tanto el motor como el combustible que mueve al emprendedor: la ilusión.

 

Si en algo han coincidido las decenas de testimonios con los que he contado para la elaboración de este libro, ha sido en este punto. El emprendedor saca su energía de un combustible llamado ILUSIÓN. Para emprender, como hemos avanzado en el anterior asalto, hay que tener una ilusión enorme, descomunal, infinita.

motivación empresarial

He aquí varios testimonios suficientemente elocuentes:

 

«Un emprendedor no se hace en una escuela de negocios. Nunca. Emprender es un acto emocional».

 

«Creo que ser emprendedor no es cuestión de conocimientos sino de carácter, y en estos casos, como antiguamente se decía, «A quien Dios no da, Salamanca no presta»».

 

«El verdadero emprendedor no necesita motivos externos. Lo hace para sí mismo, tiene que ver con su carácter».

 

Hemos hablado ya de la ilusión en el anterior asalto. Es lo que diferencia al verdadero del falso emprendedor. Es más, cuando se acaba la ilusión, es habitual que muchos negocios se vengan abajo.

 

Más allá de su motivo, cuya irrelevancia ya he puesto de manifiesto, la naturaleza del emprendedor, que le impele a disfrutar del propio acto de emprender y de la incertidumbre que conlleva, es su verdadero motor. La naturaleza del emprendedor genera en él una ilusión tan infinita como inagotable.

 

Fuera de ésta cualquier otra motivación da como resultado a un tendero, a un tenedor de acciones o a un propietario de una empresa. Pero no a un emprendedor con todas sus letras.

 

Si no es su caso, tampoco hay que arrojar la toalla. Queda una opción: no tener naturaleza de emprendedor, pero poseer un salvoconducto para ello. A ello me refiero en el siguiente asalto.

Conclusión:

Antes de emprender leí este y otros muchos libros de emprendimiento. Ahora, que ya he pasado por ello he dejado de leer sobre el asunto, pero valoro muchísimo lo que aprendí de las experiencias de los demás.

En este libro, y en otros muchos, se habla de lo duro y gratificante de emprender. En mi opinón, se dan las dos circunstancias, pero con una intensidad mucho mayor de lo que se puede transmitir por palabras. Es algo que, para poder entenderlo del todo, hay que vivirlo. Tu negocio, tu empresa, es algo que va contigo siempre. Una vez que tienes tu empresa, la tienes en la cabeza en todo el momento. Puedes estar con tus amigos, con tu familia, viendo una película, o haciendo lo que sea, que aunque en ese momento no estés prestando atención a tu negocio, es como si lo tuvieras en una ventana que has minimizado, pero en la que se sigue descargand algo. Es algo que está latente junto a ti las 24 horas del día.

Es por todo esto, por lo que coincido bastantes con Fernando Trías de Bes. No creo que tener es impulso interno para emprender, o esa necesidad de la que habla Carlos Barrabes sea algo imprescindible para tener éxito, pero sí es un punto muy importante y útil para superar todos los impedimientos.

Puedes leer mi experiencia emprendiendo pinchando aquí, y puedes comprar el libro El Libro Negro del Emprendedor pinchando aquí.

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13 Comments

  1. 1. El autor del libro comenta algo que en el argot empresarial se llama «wantrepreneur», que es aquella persona que ha tenido en mente emprender, pero que realmente no le apasiona y jamás ha dado el paso. http://www.entrepreneur.com/article/242451 (Are You An Entrepreneur Or a ‘Wantrepreneur?’)

    2. Yo creo que lo mejor que puede hacer un emprendedor SÍ es plantearse que fracasará. Pero que no lo vea como algo negativo, sino parte del trayecto. Ahí tenemos a la comunidad fucktrepreneurs de FuckUp Nights (por cierto es mexicana y está dividida por todo el mundo) donde se reúnen a beber unas cervezas y platicar sus fallidas experiencias como emprendedores para que los demás puedan ver qué errores no deben cometer.

    3. El emprendedor tiene un hueco en su interior que ningua otra profesión podrá llenar. 100% de acuerdo sin duda alguna ;). Ya no hablemos si lo hace por el dinero, porque ama los negocios, porque quiere rentabilizar sus habilidades; todos estos se juntan con la ilusión de crear algo.

    4. Yo todavía no tengo mi negocio pero trabajo en la idea, en el prototipo y al final en el producto final. Sin embargo acuerdo contigo de que estás TODO el tiempo pensando en ello. Es casi como una obsesión.
    Cuando amas los negocios vas caminando por la calle y observas los negocios y empresas que hay a tu alrededor: su logo, eslogan, branding, qué sector e industria están, su modelo de negocios, etc. Todo esto te pasa por la cabeza en unos instantes, y cuando menos te das cuenta, ya se te ha ocurrido una idea para emprender o para el proyecto que ya tienes :P. (Me pasa)

    ¡Gracias por tan magnífico artículo!

    • Me alegro de que te haya gustado Ezra.

      El punto 2 me ha recordadoa algo que había oído antes de emprender, y que sufrí en mis propias carnes, y es la soledad del emprendedor. Cuando emprendes sin socios, estás totalmente sólo. Estás las 24 horas con algo que depende totalmente de ti, y que no puedes compartir con los demás, pues no pueden entender lo que sientes. Me parece muy buena idea lo de que queden esos emprendedores, porque la soledad del emprendedor fue una de las cosas que más noté y que menos me esperaba.

      Un abrazo.

  2. http://viviramimanera.com/2015/02/20/cuanto-tiene-que-ingresar-un-autonomo-para-ganar-938e-al-mes/

    Por compensar…

    Esta muy idealizado el emprendimiento últimamente. Es mucho mas duro de lo que refleja este post.

    La mayoría llegara como mucho a autónomo obligado por las circunstancias e incentivando por un estado que quiere quitarse problemas de encima, y si cargarles a impuestos y trabas administrativas.

    Hacen falta mas posts con mas realidades del emprendimiento para que el que se meta, sea consciente y no manipulado y empujado por la maquina de matar (ilusiones) que es el sistema actual

    • Hola José Antonio.

      Había leído ese artículo hace poco y, aunque coincido con su idea, creo que peca de optimista. Dice que ingresando 2.000 euros le quedan 928 euros netos de beneficios. En mi caso, y en el de la mayoría de los emprendedores, no sólo hay que pagar las cuotas que ahí se mencionan, hay que pagar oficina, teléfono, internet, publicidad, y no hablemos ya si tienes empleados. El artículo está bien para saber que no es fácil, pero se queda corto, y creo que más que para emprendedores, es para profesionales que no tienen más remedio que hacerse autónomos, que es algo bastante diferente.

      En todo caso, coincido con la idea general de ese artículo, pero no creo que sea comparable con lo que aquí se comenta. De hecho, emprender es realmente duro, y por eso decidí vender mi empresa como cuento en el artículo que enlazo al final. El estrés pudo conmigo. Sin embargo, que sea duro, no hace que sea alg a evitar. Correr una maratón es duro, pero quien tiene ese gusanillo dentro no lo puede matar con nada, salvo corriendo. Cuando tienes el gusanillo de emprender, no lo puedes compensar con nada, salvo emprendiendo (con cabeza, claro). Además, si tienes esas ganas de emprender, será más fácil superar todos los problemas que van surgiendo, que si no las tienes.

      En resumen, creo que hay muchísimos impedimentos para emprender (los he sufrido) y creo que en España hay una burbuja de emprendimiento como digo al principio del artículo, pero eso no es motivo para no emprender. En general, a mi me gustan las soluciones y no las excusas, y prefiero hacer, y que no me salga bien, que no hacer algo porque es difícil.

      Saludos.

    • Soy empresario, en activo. He vivido momentos muy buenos y muy malos, pero en todos ellos, con la empresa en la cabeza, día y noche.

      Se que un autónomo que vende servicios profesionales no es un empresario, pero lo que digo es que la mayoría que lee esto, llegará como máximo a esto.

      Hay mucha gente obligada y muy confundida que está siendo arrastrada por las circunstancias y el estado hacia algo para lo que no vale y en donde le van a poner mil y una trampas. Empezando por las administrativas. Los mismos que lo empujan, luego le van a poner la zancadilla 1000 veces.

      Lo siento, pero post donde se idealiza el gusanillo de emprender hay muchos. Siempre se ponen las pegas, pero queda como una peli molona donde el héroe se sacrifica por un bien mayor. No se ve bien, lo mal que lo pasa el héroe.

      • Me ha pasado todo lo que comentas. Lo de pensar 24 horas en el negocio que digo en el post, no dormir, las trabas administrativas (se hacen tan mal las cosas en España, que el epigrafe en el que me reigstré en Hacienda no existía en la Seguridad Social) etc. Pagar mil impuestos, seguros, problemas gordos con clientes, empleados, proveedores, etc. hasta pequeñas puñetitas como tener que poner un cartel señalizando la salida en una oficina cuadrada donde sólo había una puerta. Ahora, ¿creo que eso es motivo para no emprender si realmente quieres hacerlo? No. Para nada.

        Seguro que hay muchos posts donde se dicen cosas preciosas del emprendimiento. Y cientos donde se muestran todos los problemas (y más en España donde se combina una mentalidad quejica, con unas condiciones pésimas para emprender). Pero si sólo pudiera escribir de lo que no hay nada escrito, tendría que cerrar el blog. Lo que hago en el blog es contar mi experiencia y como vivo las cosas. En mi caso, aunque emprender fue muy duro, hasta el punto que vendí mi empresa para poder recuperarme, fue una satifacción personal enorme. Siempre había querido emprender, y cuando lo hice conseguí crear algo rentable, algo que fue muy valios e importante para mi.

        Por último, no sé quién leerá el artículo, ni a dónde llegará esa persona. Como ya he dicho, yo lo que hago es contar mi experiencia, que como es lógico, no es igual que la de otra persona, que puede tener unas circunstancias o que puede vivir las cosas de una forma diferente.

        En cualquier caso, te agradezco mucho que compartas tu opinión.

      • Mis disculpas por haber sido tan crítico. Tienes todo el derecho a contar tu experiencia, mas en tu blog.

        Gracias por todo lo que aportas y el esfuerzo que eso lleva.

      • No hay problema. Todas las opiniones son bienvenidas, y más si, como en tu caso, son de alguien que habla con conocimiento de causa.

        Saludos.

      • Por supuesto que esto de emprender no es para todos, pero creo que si algo deja claro el post es eso, que no ha de entrarse ahí solo buscando una salida.

        En todo caso, también las circunstancias y el estado empujaron a mucha gente a estudiar un carrera porque era lo que había que hacer, y muchos de ellos tendrán la misma, o mayor desilusión, que el que emprende cuando no es lo que quiere.

        Un saludo

      • Hola Juan Francisco.

        Coincido contigo. De hecho, pienso que tenemos burbuja de «emprendedores» que se ponen por cuenta propia porque no tienen más remedio. Además, creo que eso es compatible con una falta de emprendedores por convicción. Como dices, muchos se metieron/metimos en una carrera porque es lo que toca, y resulta que ahora muchos no tienen salida.

        Saludos.

      • Yo también asqueado con la carrera, no era lo que me esperaba, y ahora no te dan ninguna oportunidad, tenias que haberte aplicado en idiomas… Son los años que sales algo, que buscas pareja y no sabes bien que quieres hacer y resulta que si otro/a tiene un expediente mejor es mas listo/a que tu…

        Te encuentras con 24 años y que no vales para nada, cuando mi madre ya me tenia a mi y estaba trabajando viviendo fuera de casa pagando su hipoteca.

        Ahora pensando en emprender, y evidentemente no es fácil si no, no cerrarían tantos. Y al ser algo no escalable los números se te hacen pobres, si pagas un local y demás gastos tienes que facturar una barbaridad. Tengo un amigo que montó un bar y ya solo para el alquiler tienes que sacar 1.100 euros, luz, canal plus… tiene que ser una mina desde el principio si no palmas mucha pasta, yo ya decía que los cálculos desde el principio no salían, pero lo intentó cerró y en dos semanas ya estaba alquilado y por 1.300!!! aquí el que gana es el del local si no en vez de alquilarlo tendría el a dos camareras… pero pican uno tras otro, aquí la mayoría de negocios de ese estilo no hacen cálculos ningunos.

      • Yo siento que en la carrera no aprendí mucho. Sí que vi algunas cosas útiles, pero la gran mayoría no me sirvieron de nada. Donde más aprendí (como casi todo el mundo) fue en las prácticas.

        La carrera deja tanto que desear, que una vez que me puse en marcha con mi proyecto, no tenía ni idea de qué tenía qué hacer, no en el sentido estricto de qué hacer con mi negocio, pues sí tenía una idea clara y un plan, sino de cómo enfretarme a todos los impedimentos que comenta Jose Antonio, especialmente los relacionados con la administración.

        Como dices, emprender es complicado, y nada barato. En casos como el de tu amigo, si además tienes que emprender alquilando un local, que además del alquiler tiene que sumar seguros, posibles reformas anteriores, etc. los gastos son enormes. Yo tuve la suerte de empezar por internet, por lo que inicialmente no necesitaba local. De hecho, hoy en día me parece bastante arriesgado empezar con un local, salvo que tengas un presupuesto grande, o que sea algo necesario. En estos momentos es posible ver si tenemos posibilidad de alcanzar el éxito empezando primero por internet sin apenas gastos, y creo que merece la pena empezar por internet antes de dar el gran paso. Obviamente, si lo que quieres es abrir una fábrica, todo esto no tiene sentido.

        Un abrazo.

  3. Es excelente amar lo que haces, si deseas conocer una forma de emprendimiento inteligente deberías ver esta información Frozen ¡saludos!

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